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LA LLORONA

Es un ecosistema zombi de barro, moho, arcilla, plástico, motores y lágrimas que se autoerosiona; un protociborg que exuda fluidos y pierde lentamente su forma. Su estructura, hecha con mangueras y cables, crea un sistema orgánico con órganos, venas y arterias por donde circula agua lodosa, perforando la superficie para crear poros y corroer los materiales.

Esta pieza surge de una investigación realizada en la Cuenca Matanza-Riachuelo, una de las cuencas hídricas más contaminadas de Argentina. Se concibe como una doliente que, ante la devastación generalizada, exuda perpetuamente lágrimas de barro.

 

Realizada en colaboración con Natalia Forcada, Paula Guersenzvaig, Indira Montoya y Eva Moro Cafiero.
Con el apoyo de la Fundación Williams y la Fundación Bunge y Born.

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is a zombie ecosystem of mud, mold, clay, plastic, engines, and tears that self-erodes; a protocyborg that exudes fluids and slowly loses its form. Its structure, made with hoses and wires, creates an organic system with organs, veins, and arteries through which muddy water circulates, piercing the surface to create pores and corrode the materials.

 

This piece emerges from research conducted in the Matanza-Riachuelo Basin, one of the most polluted water basins in Argentina. It is conceived as a mourner who, faced with widespread devastation, perpetually exudes tears of mud.

 

Realized in collaboration with Natalia Forcada, Paula Guersenzvaig, Indira Montoya, and Eva Moro Cafiero. With the support of the Williams Foundation and the Bunge y Born Foundation.

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